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Reflexiones en torno a un bajorrelieve
de nuestra señora de París

Santiago Jubany

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REFLEXIONES EN TORNO A UN BAJORRELIEVE

DE NUESTRA SEÑORA DE PARÍS

Tenemos que bajar la escalera de la Creación
antes de poder volver a subir a Dios y fijarnos en Él.
M.R. 6, 43'

Sostengamos a los que buscan al Único a fin de que,
habiendo alcanzado la vida, nos ayuden a subir por
la escalera de la perfección.
M.R. 12, 48

Justo en la entrada principal de la catedral de Notre Dame de París, según se entra por el pórtico central, llamado del Juicio, a la izquierda y en el pilar central a la altura de los ojos, encontramos el hermoso bajorrelieve cuya fotografía adjuntamos.

Fulcanelli, entre otros, dice que es una alegoría de la Alquimia, pero a mi juicio fuera más correcto decir del Gran Arte, pues si bien la Alquimia forma parte de ese Gran Arte, éste no se reduce exclusivamente al magisterio químico sino a todas las ciencias sagradas que conciernen al arte de la Regeneración.

A nuestro entender y al de tantos finos observadores, esta figura contiene, como si de un resumen se tratase, las claves principales de aquel arte regeneratorio, o Gran Obra, claves que brevemente quisiéramos comentar aquí.

 

EL PORTICO CENTRAL Y LA VIA REGIA

En primer lugar, la ubicación de nuestro medallón, que no es arbitraria: el Pórtico llamado del Juicio está situado entre los pórticos de la Virgen, a la derecha, y el de santa Ana, a la izquierda, conformando los tres tímpanos un conjunto icónico que en términos de arte litúrgico es llamado Santa Generación, pues representa la filiación, o generación de Jesús según la carne, a saber, la abuela, la madre y Él mismo. En otra parte estudiamos con más detalle la simbología propia de este conjunto. El portal central del templo de Notre Dame, donde se halla la figura a examen, recibe el nombre de Puerta del Rey, o Puerta Regia, porque antaño el rey accedía a la catedral a través de ella. En este sentido, ¿qué mejor lugar para disponer nuestra figura sino en la puerta central, que es indicativa de la Vía Regia, o Vía del Oro?

Cabe decir que en el tímpano de esta Puerta Real hallamos una representación del Juicio final y universal del mundo: ahora bien, ¿qué es el Juicio sino una imagen y símbolo conspicuo de la Separación de lo puro de lo impuro? Por ello, este conjunto escultórico está dividido verticalmente en dos secciones: a un lado los bienaventurados y al otro los condenados. En el lugar central, Cristo, Maiestas Domini, preside la escena. La necesidad de esta separación la han propugnado todos los Adeptos en sus textos:

"Hace falta empezar nuestra obra con la separación  de este Azufre." (Valois).

"Así pues, el Oro es la Materia que debe ser retornada a su primera Materia, a saber en Azufre y Mercurio, para la separación  y purgación de estos; es decir de la tierra impura que tiene a este cuerpo enterrado como en un sepulcro, por esta razón, el Espíritu no puede actuar como lo hará después de que esté desnudo." (Ibid.)

"Es menester que lo que haya de inmundo y molesto sea rechazado, para que lo bueno pueda aparecer abiertamente en su fulgor y claridad, pues a causa de la maldición que Dios dirigió a la Naturaleza, después de que el hombre hubiera tropezado y caido en el pecado y la corrupción, la Naturaleza contrajo impureza y se tornó corrupta, falible y desfalleciente." (El arca abierta).

Pero el criterio de esta separación no es arbitrario y se atiene a unas exigencias bien precisas que quedan manifiestas a continuación cuando, debajo de Cristo, observamos la escena de la psicostasia, o pesada del alma, dispuesta en el plato de una balanza entre el arcángel Miguel a un lado y el diablo al otro. El criterio a seguir durante la separación será, por tanto, el Peso.

En relación a esto nótese que todos los Adeptos han subrayado la gran importancia de los pesos y medidas:

"En este proceso se debe vigilar el peso en todos los casos." (Rosario de Arnau de Vilanova);

"Todas las cosas se establecen según un límite definido y una disposición determinada. Por esta razón es necesario durante toda la obra el peso de cada cosa y el peso de toda medida." (Ibid.)

"Entonces, cuando, por un trabajo sencillo, habrás extraído y separado nuestro Azufre de nuestra Tierra Adámica preciosa y cuando lo habrás unido de nuevo tal como ya he dicho, según el peso requerido y sin ninguna impureza, entonces ten por seguro que eres poseedor de la verdadera simiente metálica y del Oro vivo de los Sabios, por ese medio único con el que se prepara la Piedra de la Sabiduría." (De Arbore solari)

"Aquel que no puede separar la sustancia de nuestros mercurios físicos por el Arte Espagírico y verdadero de nuestra Filosofía, y a continuación reunir y recomponer ésta misma materia con peso y medida, sin ninguna impureza, aun no ha encontrado el secreto de nuestro Arte." (Ibid.)

Recordemos que en el libro de Valentin Andreae, Las bodas químicas de Christian Rosenkreutz, los escogidos para asistir a las bodas del Rey y la Reina también son, (después de haber sido sacados de un profundo pozo subterráneo), pesados y a partir de su peso, aceptados o rechazados para la ocasión.

No deberemos pasar por alto un hecho de puntual interés, como es la presencia del arcángel Miguel y del diablo, a un lado y otro de la balanza. El término Arcángel proviene del griego Arkhé y Aggelos, es decir, mensajero principal, o emisario del Arkhé, y ¿acaso no es este el oficio que la tradición grecolatina reservaba a Mercurio? En cuanto al diablo todo nos invita a descubrir su naturaleza sulfúrea: el hediondo olor, la morada subterránea, su asociación con la serpiente, el dragón y el fuego, etc.

Por tanto, la puerta central de la obra, la via regia del arte, contiene una enseñanza fundamental: el principio puro, sutil y mercurial ha de ser separado de aquel otro principio sulfuroso, impuro, vil y condenado, y esta separación se efectua por medio de la justa pesada de la materia.

 

EL PORTICO DE SANTA ANA: LA MATERIA REMOTISIMA DEL ARTE

No menos significativo es que el pórtico de la derecha esté consagrado a santa Ana, madre de nuestra Señora y abuela del Salvador, pues en ella da comienzo la encarnación del Verbo según la carne.

Tradicionalmente se representa a santa Ana con la imagen de una venerable anciana, tocada con un velo negro. Este detalle es muy interesante: la tradición popular afirma que santa Ana era viuda y que emparentó con Joaquín en segundas nupcias, conservando de su matrimonio anterior otras dos hijas: María Salomé y María Jacobé (estas hermanas, junto a la madre del Salvador, constituyen el grupo que popularmente se llama las tres Marías).

No obstante en los libros apócrifos encontramos a Ana lamentándose de su esterilidad, y diciendo: He venido al mundo para ser como una tierra vil y maldita (Protoevangelio de Santiago); a nuestro parecer, el lamento de Ana no es una queja ante la imposibilidad de generar, pues antes ya había tenido dos hijas, sino ante la imposibilidad de producir una filiación santa, una filiación áurea.

Nótese que aquella expresión, una tierra vil y maldita, recuerda muy mucho aquella afirmación de los alquimistas cuando se refieren a su materia primera en términos parecidos:

"Ya que lo superfluo, lo sucio, lo inmundo, lo vil, lo fangoso y por lo general toda la substancia del objeto se perfecciona por medio de nuestro fuego en un cuerpo espiritual fijo." (Epístola de Pontanus).

"Hijo con ayuda de esta vil materia se procrea nuestra piedra que tanto buscamos, porque en la obra de la naturaleza es medio entre el espiritu y el cuerpo material, como el azufre en la materia del azogue." (Testamento de Ramón Llull).

"Sictus dijo: Sabed todos que el fundamento de este Arte, por el que todo el mundo cavila, no es más que una cosa, que los sabios estiman como más elevada que cualquier otra naturaleza, pero los locos la consideran como la más vil de todas las cosas." (La turba de los filósofos).

"Por esa razón, los filósofos, haciendo la descripción de su piedra nos aseguran que es negra, vil y de mal olor y la llaman origen del mundo relacionándola con el primer Caos, como puede verse en el texto sagrado: tenebrae erant super faciem abyssi." (Nueva luz mágica. Eugenio Filaleteo).

"Calid, en su Secreto de Alquimia, p.93, habla así: Es una Piedra vil, negra y hedionda, que no vale casi nada; es un poco pesada, etc., y al final añade: aquí está la revelación y la apertura para aquel que la busca." (Cartas de Sancelrien Tourangeau).

Sta. Ana juega aquí el papel de materia muy remota de la Piedra, del mismo modo que Sta. María cumple una función de materia muy próxima. Ana es la tierra vil, despreciada por todos (las burlas y desprecio de la gente en la persona de san Joaquín) y sin embargo no conviene al filósofo despreciar esa tierra vil porque, en decir de Santiago de la Vorágine, comentando la vida de Ana:

"Esta santa mujer es la tierra soberana y bendita con la que el celestial alfarero plasmó la olla de nuestra esperanza, es decir, formó a la santísima virgen María, que fecundada a su vez por la lluvia del divino rocío, concibió en sus entrañas al verbo de Dios." (Leyenda Áurea).

Hemos dicho que, según la iconografía antigua, Ana viste de luto, esto es, de negro, y esto es un dato relevante porque el luto (por otra parte, expresión franca del color negro) no es solo el duelo y el llanto (luctus) sino también el lutum, esto es, aquello que está cubierto de lodo, de cieno, lo sucio y lo embarrado. Posiblemente la relación entre ambos términos deba buscarse en la antigua costumbre de las viudas de arrojar polvo y ceniza sobre sus vestidos y cabellos para afear su semblante y hacer evidente su dolor.

En cualquiera de los casos, y habida cuenta de que la simbología de Sta. Ana la examinamos por extenso en otro lugar (La santa generación del Oro Filosófico), dejaremos aquí estas notas sobre Ana, remarcando tan sólo su función de materia remotísima del oro, de color negro o oscuro y de apariencia deleznable, cuya prevalencia en la Obra de Hermes viene significada con la expresión Nigredo.

 

EL PORTICO DE STA. MARÍA: LA MATERIA MUY PRÓXIMA DEL ARTE

¿Quien puede manifestar y encarnar al Sol
en la estrella de la mañana salida de la tierra tenebrosa?

(M.R. 1, 18')

En el pórtico de la izquierda encontramos representada la escena de la Coronación de la Santa Virgen. Esta escena es, obviamente, la imagen más excelente para expresar el triunfo de lo blanco, que sucede al magisterio de lo negro, donde el término blanco no alude tanto a un color como a una ausencia total y completa de impureza y suciedad, por eso llamamos a santa María Virgen e Inmaculada.

María es la que fue concebida sin pecado, tierra limpia y perfecta que no participa ni en su carne ni en su espíritu de la inmundicia del mundo. Por eso la imaginería religiosa representa a la Inmaculada Concepción de pie sobre la serpiente antigua, simbolo de la toxicidad sulfurosa, instilada en la materia a resultas del pecado de Adan. Sin embargo, Dios no maldice a Adan sino al polvo de la tierra, de ahí que todo ser que participe de ese polvo participe también de aquella maldición, de aquella malignidad del azufre.

"En lo que se refiere a la Concepción: vos sabéis que los Profetas y todos aquellos que han poseido el secreto de los antiguos sabios han podido conocer y comprender la concepción (de la piedra de los filósofos) por el conocimiento de este gran misterio, ya que han visto que la impregnación de su virgen pura, que es la materia inmaculada de los Filósofos, atrajo los rayos espirituales e invisibles del sol con mayor avidez con la que cualquier otra persona del sexo femenino pudiese desear concebir la semilla viril, y que antes de que esta concepción pudiera hacerse cómodamente, también supieron de la necesidad de que su imán fuera previamente purificado hasta el más alto grado, pues sería incapaz de concebir y producir el fruto perfecto de los Filósofos sin antes no hubiera sido lavada de toda impureza y suciedad negra, y si antes no hubiera sido exaltada y sublimada hasta una materia brillante y blanca." (Van Helpen. La escalera de los sabios)

Por contra, María es aquella sustancia sana y excelente que procede de la tierra negra y vil. Su ausencia de heterogeneidades y superfluidades la convierten una materia predispuesta y capaz de recibir en si la sombra del Espíritu Santo, esto es, el efluvio perfectísimo del Espíritu Universal. Un arcángel, (léase, un nuevo mercurio), Gabriel, es el emisario de este milagro, por cuyo medio será hecha la verdadera Rebis, Cristo mismo en sus dos naturalezas, celeste y terrestre, divina y humana.

"Este fuego sulfuroso es la simiente espiritual que nuestra Virgen (permaneciendo no obstante inmaculada) recoge, pues la Virginidad puede soportar un amor espiritual sin ser corrompida, como la experiencia y el Autor del Secreto Hermético lo demuestran. Es gracias a este Azufre que nuestro Mercurio es Hermafrodita o sea que contiene al mismo tiempo, a partir del mismo grado visible de digestión, un principio activo y un principio pasivo." (Introitus apertus ad oclusum...)

Por ello es fácil comprender porqué los arquitectos de Nuestra Señora de París consagraron este pórtico a la Coronación de la Vírgen, escena que también está representada en la penúltima lámina del Rosario de los Filósofos.

 

LAS AGUAS SUPERIORES

Retornemos a nuestra figura cuya expresión hierática, es decir, sagrada, tan lejana está de los lamentables cánones del arte sagrado contemporáneo. Observemos ahora, sobre su cabeza, las aguas celestes o superiores.

Las aguas siempre fueron un signo de generación, las aguas inferiores signo de la generación carnal, las aguas superiores, signo de generación celeste o de regeneración, por eso Jesús, dirigiéndose a Nicodemo le dice: "Quien no renaciere por el agua..." y "os es preciso nacer de arriba".

El magisterio químico con muchísima frecuencia habla de las aguas superiores, que son aquellas que, al principio de la obra, sublimándose, abandonan el cuerpo y ascienden hasta la cúspide del vaso. Esta separación de las aguas causará la muerte del compuesto, pues son las aguas vivas, mercuriales, luminosas que sostienen la vida de aquí abajo, aguas que hay que distinguir de aquellas otras, crasas, espesas, torpes y oscuras que son calificadas como flemas inútiles o superfluidades, y si estas últimas permanecen abajo, junto al cuerpo desprovisto de vida, aquellas otras, desde su posición superior vienen a ser como el solio de Ruah, de aquel espíritu universal que in principio se cernía sobre las aguas:

"Dios comenzó a trabajar en ese cuerpo tenebroso, infundiéndole algunos rayos de luz por medio del Espíritu de Dios que se movía sobre las aguas, separando las tinieblas de la luz, y dando a las tinieblas la residencia inferior y media, así como a la luz la superior. Separó las aguas de las aguas, colocando la material y grosera en el mar y en la tierra, y elevando la sutil y la espiritual debajo y encima del firmamento, y en cuanto ella pudo servir de vehículo, de instrumento y de mediadora al Espíritu universal." (el Cosmopolita)

Estas aguas son un símbolo de María y tienen la función de atraer, de imantar y fijar las influencias del Espíritu universal:

"¡Oh, forma acuosa del agua permanente  que creas los elementos con los que está compuesto nuestro Rey!".  (VII Capítulos de Hermes)

"Lo que sucede con la concepción o impregnación del hijo puro de los Filósofos, también sucedió con la concepción del hijo de Dios en la matriz de la Santa virgen María; pues así como la matriz de la Piedra de los antiguos Sabios es purificada de sus impurezas negras antes de ser apropiada y capaz de atraer y de concebir la semilla astral y espiritual del sol, así la Santa virgen se volvió antes limpia y digna por su humildad, por su constricción, por una purificación de sus pecados y por sus ardientes oraciones a su creador, para oir esta anunciación del ángel, para atraer del Espíritu Santo, por una virtud imantativa, la semilla espiritual de Dios Padre que ella concebiría, como está escrito: Spiritus Domini superveniet..." (Van Helpen. Op. Cit.)

 

LA ESCALERA DE LOS SABIOS

Sin embargo, lo que de inmediato atrae la mirada del buscador avisado es la escalera que divide visualmente la figura en dos hemisferios verticales, para dar acaso una pista nada desdeñable acerca de la materia: la Sal Nitro, si hemos de dar crédito a los signos criptográficos por medio de los cuales los alquimistas ocultaban su ciencia: en efecto, según el Lemery, el signo:

es un criptograma del Nitro. ¿Podríamos decir de nuestro personaje que tiene la vue nitrée, la vista nitrada? (M.R.) En cambio, para las comprensiones de Dom Pernety (Diccionario mito-hermético) , el Nitro ha de ser representado con el signo de acuario:

es decir, el signo que aparece sobre la cabeza de nuestro desconocido maestro y del que acabamos de hablar en el anterior epígrafe.

La escalera tiene una significación tan vasta dentro de la hermenéutica simbólica que aquí no podemos extendernos en ella, bastará con destacar su función mediadora entre lo alto y lo bajo. La escalera es aquello que une y relaciona el mundo celeste con el mundo terrestre, de modo que por ella es dada al sabio, como fué dada a Jacob (consultar a este respecto la primera lámina del Mutus Liber) la contemplación de las virtudes naturales y sobrenaturales subiendo y bajando, lo cual no deja de ser un eximio y hermoso símbolo de que el espíritu se incorpora, se corporeiza y el cuerpo denso se hace espiritual y sutil.

"Subirá de la tierra al cielo y de nuevo descenderá a la tierra." (Tabla esmeralda)

"Y eso es lo que dice el Filósofo: Y bajará de nuevo a la tierra, de este modo recibe la fuerza de las cosas superiores, sublimando, y de las inferiores, descendiendo, es decir, que lo corporal se tornará espiritual durante la sublimación y lo espiritual se tornará corporal durante el descenso, esto es, cuando desciende la materia." (Hortulano)

El objeto de este ascenso-descenso no es otro que

"Hacer los milagros de una sola cosa" (Ibid.)

cosa ésta cuyo poder

"Será completo si es convertida en tierra" (Ibid.)

El cómo de este proceso se nos sugiere con el numero de peldaños, 9, que, creemos nosotros, cabe interpretar como meses, los nueve meses de la Santa Generación, o si se prefiere, tres estaciones anuales de tres meses cada una.

 

LOS TIEMPOS

"Los filósofos dan testimonio de estas tres operaciones: el agua protege al feto tres meses en la matriz; el aire lo alimenta durante los tres meses siguientes, y el fuego lo guarda en los últimos tres meses" (Aurora consurgens)

"El (camino) que nosotros acabamos de seguir, se cumple en tantos días como el niño está en el vientre de su madre, es decir, en nueve meses. Esto debe bastaros si sois razonable" (El piloto de la onda viva)

"Tres meses del primer grado para la disolución y regeneración del oro hasta el fin de la negrura y el principio de la blancura, y tres otros meses del segundo grado del fuego, desde el fin de la negrura hasta la blancura perfecta. después un mes y medio del tercer grado del fuego para pasar del blanco al citrino. En último lugar, un mes y medio para pasar del citrino al rojo con el cuarto grado del fuego, lo que supone un total de nueve meses por cuatro grados de fuego, comparados con las cuatro edades del hombre, las cuatro estaciones del año" (Revelación de la palabra oculta)

"Toma pues este Mercurio que he descrito y mézclalo con el sol que es muy amigo suyo, y en siete, nueve o diez meses como mucho de nuestro régimen de calor, verás ciertamente lo que deseas. Ya en el espacio de cinco meses verás nuestra luna llena. Y estos son los verdaderos términos necesarios para completar este azufre, cuya cocción repetida te dará nuestra piedra y las tinturas" (Introitus apertus...)

"Y es necesario que permanezcan encerrados juntos nueve meses completos, y durante este tiempo hacen todos estos bellos Muebles que me han enseñado. Al término de este tiempo, salen los dos unidos en un sólo Cuerpo; y no teniendo más que un Alma única, ya no son más que uno, cuyo poder es muy grande sobre la Tierra" (BernardoTrevisano. El sueño verde)

Nueve meses, por otra parte, representan 270 grados astronómicos (9 x 30), esta cifra, en realidad, resume el sentido de toda la obra, toda vez que 270 es la transposición numérica de

I N R I

I (yod): 10, N (nun): 50, R (resh): 200, I (yod): 10 = 270º,

que es el tiempo que tarda la naturaleza en ser renovada íntegramente por el fuego:

Ignis Natura Renovantur Integra

Observemos a continuación un elemento que nos parece de singular interés: la mano izquierda, que sostiene el báculo, esta plegada para efectuar el clásico gesto de la bendición, que habitualmente se representa dirigida al cielo, urbi et orbe, aquí la hallamos declinada (descenso de la bendición) para permitir al observador centrar su atención en el quinto escalón. Ahora bien, según nuestro computo de meses y aceptando la sugerencia de que nuestra escalera es en realidad una especie de zodíaco lineal que comienza en el punto vernal, 0º de Aries, tendremos que ese gesto de bendición recae en la cúspide de Leo y Virgo. Qué cosa se infiere de este dato lo veremos a continuación.

Manifiestamente el cetro es un símbolo de germinación, de crecimiento, floración y fructificación, como evidencia su remate floral. Algunos autores dicen que el cetro es una imagen del eje del mundo, lugar central donde nuestro señor plantó el árbol de la vida, en medio del paraíso. Así considerado, el báculo aparece ante nosotros como un recuerdo de ese Árbol de la Vida, asimilado tradicionalmente con la cruz de Cristo.

Pero hay otro hecho que quisiera sugerir y es el siguiente: la base del cetro estaría indicando, en realidad, a la estrella Corazón de León, también llamada Regulus o Régulo, que si bien en términos de Alquimia es término que sirve para designar el botón estrellado, ya sea marcial o antimonial, nosotros entenderemos aquí en su sentido etimológico: en efecto, en latín, regulus, significa pequeño rey, reyecito, que nos agradaría aplicar al pequeño brote filosófico que, después de su itinerario subterráneo o infernal, rompe la tierra para surgir a la plena luz del día, cosa esta que acontece al final del quinto mes (pues Régulo ocupa el 29º del signo de Leo. En relación a esto, ¿no está escrito que Elisabeth, ocultó su preñez hasta el quinto mes? Lc. 1, 24.

 

EL LIBRO ABIERTO Y EL LIBRO CERRADO

¿Quien es digno de abrir el libro
y de levantar sus sellos?
Apoc. 5,2

Las sagradas escrituras distinguen entre dos libros: el Libro de la Ley y el Libro de la Vida. Ambos pertenecen a Dios y si en la mano del hombre está el estudiar y aplicar el Libro de la Ley, porque a él ha sido entregado solamente Dios puede consultar el Libro de la Vida, donde queda escrito el nombre de aquellos que han realizado la obra de Regeneración, a los que la muerte no alcanzará. Por eso, nuestra figura presenta al observador dos libros, uno abierto y otro cerrado.

Cuando hablamos de la Ley no estamos refiriéndonos a algo exclusivamente humano, por cuanto la Naturaleza también quiere estudiar y aplicar la Ley en todas sus operaciones e ingresar de este modo en el Libro de los Vivientes. Sin embargo, a causa de la caida original de Adán, la Naturaleza quedó manchada,

"Maldita sea la tierra por tu causa" (Gen. 3, 17)

y, al ignorar el modo de extirpar esta maldición, que químicamente se traduce por heterogeneidades y superfluidades mezcladas a la materia primera, al ignorar el modo de extirparlas, digo, ha de recurrir al hombre, porque el hombre ha recibido de Dios la plenitud de la Ley y el conocimiento y revelación del Arte de Separación:

"El oro tiene esta semilla que la Naturaleza ha intentado por todos los medios hacer efectiva, pero sus fuerzas no han sido lo suficientemente grandes y reclaman el auxilio del Artista. Por eso se ha dicho: Ayúdame y te ayudaré" (Nicolás Valois)

"La Naturaleza comienza, el Arte acaba y solamente el Arte purifica lo que la Naturaleza no puede purificar" (La luz surgiendo por sí misma de las tinieblas)

"La Naturaleza ha dejado algunos seres imperfectos, ya que no ha formado la piedra, sino tan sólo su materia que, en verdad, no puede hacer lo que hace la piedra después de su preparación porque se encuentra impedida por obstáculos accidentales" (La Piedra de toque)

En este sentido, la Alquimia es una transmisión, una Qabbalah: el hombre la recibe de Dios y la transmite a la naturaleza caída:

"Oid, cielos, lo que voy a decir, escucha, tierra las palabras de mi boca" (Dt. 32, 1)

No debemos pasar por alto, además, que el libro es la terra foliata, la tierra con folios, donde los filósofos siembran su oro y no es, como afirma Dom Pernety, la tierra negra que está experimentando corrupción; por eso el autor del Mensaje Reencontrado nos exhorta a "sembrar el libro... para que la simiente de Dios sea multiplicada" por eso, de actuar así, podremos afirmar que "el libro ha germinado" para "brillar sobre el mundo como un sol" ¿y qué se deducirá de ello? que "el libro será como una piedra que les renovará la vida".

Para concluir esta serie de reflexiones, quisiera invitar al lector para que observe los labios de nuestra Dama Alquimia... véase cuan firmemente sellados están en un claro signo de silencio, y sin embargo, ¡con cuanta elocuencia, con cuanta generosidad ha hablado a cuantos quieran y puedan entender!